viernes, 6 de mayo de 2011

Cicuta: La trama en el asesinto del regidor Castellanos

Por Jaime Flores Martínez Malévolo
Acostumbrado a salir airoso de sus perversidades, el actual director de Tránsito de Ensenada Raúl Carrillo Espinoza ni siquiera se imagina que el procurador de justicia del Estado Rommel Moreno Manjarrez está enterado de toda la trama que tejió para culpar a terceros del asesinato del regidor priista Arturo Castellanos Ruiz. Recordemos que la madrugada del domingo 6 de febrero, el regidor Castellanos Ruiz fue acribillado de 12 balazos al salir de un bar en el municipio de Ensenada.
El procurador Rommel Moreno sabe perfectamente que 5 minutos después del atentado, se presento en el lugar el director de Transito Raúl Carrillo. Plantado allí, con el rostro desencajado, grito a los cuatro vientos que los responsables de esa muerte eran Medardo Meléndrez y Armando Gutiérrez, socios mayoritarios de la empresa transportista Rojo y Blanco. El propio procurador pudo preguntarse: ¿Cómo llego tan rápido el señor Carrillo? ¿Acaso andaba tan cerca a la una de la mañana? ¿Cuál era su certeza para señalar a los responsables? Apenas sucedido tan lamentable evento, la Procuraduría de Justicia comenzó a recibir presión para ubicar y detener a los responsables de tan artero asesinato. Era urgente tener respuestas rápidamente. El regidor asesinado era una persona muy cercana al alcalde de Ensenada Enrique Pelayo Torres.
Con una velocidad inusitada, la Policía Ministerial determino cuales serian las líneas de investigación y de inmediato confirmo la cercana relación entre Castellanos y Carrillo. Al enterarse que Raúl Carrillo había “identificado” a los presuntos asesinos, la Policía Ministerial interrogo a Carrillo. Este les hablo de las eventuales desavenencias entre el regidor Castellanos y los socios de Rojo y Blanco.
Hizo una reseña de los antecedentes de Castellanos; les dijo que había sido socio de la línea Rojo y Blanco. Explico que concluyeron su relación de manera ríspida y argumentó que existían suficientes elementos para que ordenaran asesinarlo. Carrillo también fue cuestionado sobre una “corona de flores” que alguien le dejo en la caja de su camioneta pick up. Carrillo hablo del macabro mensaje. El supone que fue enviado por Meléndrez y Gutiérrez.
El procurador Rommel Moreno se entero que a finales de noviembre del 2008, Raúl Carrillo se atrevo a mentarle la madre al entonces alcalde de Ensenada Pablo Alejo López Núñez. Frente a un par de personas le reclamo que hubiese dado marcha atrás a un proyecto de modernización del transporte en el Puerto de Ensenada. La idea de Pablo Alejo era homologar la imagen del transporte público en el puerto. Raúl Carrillo recibiría todo el apoyo para que Transportes Vigía fuera protagonista en esa modernización, pero el alcalde había reculado. En una reunión realizada en el Palacio Municipal, Carrillo perdió los estribos y se atrevió a recordarle a su madrecita. La respuesta de Pablo Alejo fue en el mismo sentido; también le mentó la madre.
Al rendir su declaración, Raúl Carrillo nunca dijo que 3 días atrás, sostuvo una pelea con el regidor Castellanos. Luego de la pelea verbal, Castellanos dijo a sus cercanos que removería a Carrillo de su puesto. Castellanos le habría advertido de sus vínculos con una organización delictiva. También se enteraron que Raúl Carrillo estaba encabritado con Castellanos porque no le liquido varios cheques post-fechados entregados para la supuesta adquisición de rutas de transporte. El pleito entre ambos se remite a la administración de Cesar Mancillas Amador (QPD) y fue retomado por Pablo Alejo López Núñez . El procurador también conoció las demandas que pesan contra Carrillo por fraude especifico, fraude equiparado y abuso de confianza.
El pasado viernes, durante una gira de trabajo que realizo el procurador Moreno por el Puerto de Ensenada, Raúl Carrillo ordeno a un grupo de transportistas realizar un mitin para exigirle al procurador que detuviera a los responsables del asesinato. La PGJE había entregado un retrato hablado del presunto asesino, aunque el perfil del supuesto matón no coincidía con los rasgos de Meléndrez y Gutiérrez; Por eso Carrillo movilizo a sus huestes.
Visiblemente presionado, el procurador instruyo a la subprocuradora Lidia Gallegos a acelerar el proceso de consignación, detención y encarcelamiento de los asesinos de Castellanos. Con los dedos en la puerta, la licenciada Gallegos consigno a Meléndrez y a Gutiérrez sin tomarse la molestia de llamarlos a declarar. La juez primero y después la juez segundo de lo penal decidieron “excusarse” por la deficiente integración de la averiguación previa. Las presiones y amenazas de la subprocuradora Gallegos fallaron. Entonces cayó en el juzgado tercero de lo penal, encabezado por Amalia Gutiérrez, una mujer “honestamente calzonuda”. En solo 4 días, esta jurista desechó las intenciones de la licenciada Gallegos. Dicen que “la mando al cuerno”. Le habría dicho que “hiciera bien su trabajo que –ella—haría lo propio”.
Horas después de la resolución de la juez tercero (a finales de marzo), los presuntos culpables se plantaron en las oficinas de la subprocuradora Lidia Gallegos para reclamarle la enfermiza presión ejercida sobre los jueces para que los encarcelara injustificadamente. Allí estaban los seis señalados por Carrillo. Uno de ellos, identificado como Gonzalo Gutiérrez, interpelo a la subprocuradora hasta el límite del insulto. Le reclamo su poca voluntad de hacer verdadera justicia e incluso de encubrir las maldades de Carrillo. La diabetes pudo estallar en la humanidad de la subprocuradora.
 Quienes conocen a fondo este tema, aseguran que esta trama ya es del conocimiento del procurador Rommel Moreno, quien incluso analiza la destitución de la subprocuradora de Ensenada. Y como no, además de los yerros cometidos, todavía se dio el lujo de notificarle que “el caso estaba virtualmente resuelto”. Con esa información, el procurador “se fue de boca”. Dijo que “el caso estaba resuelto”. Pamplinas.
 En resumen el perverso Carrillo dibujo un escenario donde sus máximos enemigos (los dueños de  Transportes Rojo y Blanco) eliminarían a un personaje que amenazaba con denunciarlo. Sin embargo, todo indica que su plan resulto frustrado. Rommel Moreno ya se dio cuenta del trasfondo del asunto. Y no se trata de culpar a Raúl Carrillo de la muerte de Castellanos, sino de abundar sobre detalles que ya tiene la procuraduría sobre la escandalosa ejecución de el edil priista Arturo Castellanos.
Comentarios: cicuta45@gmail.com

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